La adolescencia es esencialmente una época de cambios. La acompañan enormes variaciones físicas y emocionales, en el proceso de transformación del niño o la niña en adulto. En esta etapa de la vida, se define la personalidad, se construye la independencia y se fortalece la autoafirmación.
En Cuba los y las adolescentes entre 12 y 18 años representan el 10% de la población total del país.
La adolescencia tiene garantizada, al igual que toda la población, el acceso a los servicios básicos de salud, con la más alta calidad y sin ningún tipo de discriminación, desde la atención primaria en su comunidad.
La escolarización de los adolescentes es muy elevada debido a la obligatoriedad de la educación hasta el noveno grado.
En el país funciona un Programa Nacional de Atención Integral a la Salud del Adolescente, dirigido por el Ministerio de Salud Pública. Su objetivo es incrementar la cobertura y mejorar la atención integral a la salud de los adolescentes, con un enfoque de género. El programa apela a la participación activa de éstos, la familia, la comunidad y la cooperación intersectorial, mediante actividades organizativas, de información, educación, comunicación, preventivas y asistenciales, docentes y de investigación. Con ello, se contribuye a elevar su calidad de vida, optimizando los recursos disponibles en el Sistema de Salud.
La salud integral en la adolescencia es un concepto que abarca su condición biopsicosocial, de género, enmarcada en el período de ciclo vital y familiar por el que transita la persona y con la satisfacción de sus necesidades de salud, desarrollo y bienestar social. Para lograr esta integralidad, la atención se realiza con un enfoque clínico, epidemiológico y social.
El programa de prevención y control de enfermedades de transmisión sexual contempla acciones de educación específicas para los adolescentes que se ejecutan a nivel de la atención primaria de salud.